'Patinazo' machista de Pino: Deja de saludar a Beatriz Gálvez porque "puede acusarme presuntamente de un acoso sexual"

Las declaraciones realizadas por José Pino, dirigente de Andalucía x Sí, para responder a la concejala Beatriz Gálvez, del Grupo Independiente de Torre del Mar, han generado una fuerte controversia política y social, al ser consideradas por distintos sectores como machistas, intimidatorias y profundamente irresponsables.
Lejos de aclarar los hechos denunciados por la edil, Pino optó por una intervención en la que desacredita públicamente a la concejala, cuestiona su testimonio y llega incluso a insinuar que podría acusarlo en el futuro de delitos graves, como un supuesto acoso sexual. Una afirmación que ha sido interpretada como una estrategia de presión y amedrentamiento, más propia de una cultura política retrógrada que de un debate democrático sano.
Resulta especialmente grave que, en lugar de limitarse a dar su versión de los hechos, José Pino recurra a un discurso victimista, presentándose como perseguido por mujeres y por adversarios políticos, y utilizando estereotipos peligrosos que ponen en duda la credibilidad de las denuncias realizadas por una mujer en el ejercicio de su cargo público.
La frase en la que afirma que evita cualquier contacto futuro con la concejala "por si otro día puede acusarme presuntamente de acoso sexual" ha sido señalada como claramente machista, al trasladar la idea de que las mujeres utilizan este tipo de denuncias de forma interesada, un argumento habitual en discursos negacionistas de la violencia y el acoso machista.
Además, su intervención deriva en un ataque político generalizado contra el Grupo Independiente y el Partido Popular, mezclando hechos personales con estrategias partidistas y tratando de deslegitimar una denuncia pública con acusaciones de conspiración y "desesperación política".
Desde distintos ámbitos se subraya que un representante público no puede trivializar ni ridiculizar una denuncia realizada por una mujer, ni mucho menos utilizar el miedo a falsas acusaciones como arma política. Este tipo de mensajes no solo deterioran el debate institucional, sino que contribuyen a perpetuar una cultura de desconfianza hacia las mujeres que alzan la voz.
Lejos de mostrar respeto o responsabilidad, la intervención de José Pino evidencia una forma de hacer política basada en la confrontación, la sospecha y el descrédito personal, incompatible con los valores de igualdad, respeto y convivencia que deberían regir la vida pública del municipio.
